por Jordi Seguró, presidente de AEDIP Asociación Española de Dirección Integrada de Proyecto. —-

La “Orden de Eficiencia” es la “instrucción” del Ministro de Fomento, Javier Blanco, de fecha 17 de diciembre de 2010 (FOM/3317/2010) para “redoblar los esfuerzos para optimizar el uso de de los recursos públicos, mejorando la eficiencia de las inversiones, de forma que se proyecten las nuevas actuaciones en base a criterios de seguridad y mínimo coste posible, sin que ello suponga una merma de la calidad”.

¿Conocen en Fomento las “Direcciones Integradas”?

Fue la pregunta que le hicimos a la Sra. Secretaria General de Infraestructuras Inmaculada Rodriguez-Piñero en la Comisión de Infraestructuras de CEOE el pasado 24 de febrero cuando le planteó al sector el duro ajuste por el que atraviesa el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes.

Le siguió una respuesta alentadora: estaba abierta a estudiarlas. Y es que nadie le ha contado a la Secretaria General que el grado de innovación que está demandando al sector tiene dos palabras: PROJECT MANAGEMENT; o tres si le gusta decirlo en español: DIRECCION INTEGRADA DE PROYECTO.

Fomento no conoce las “direcciones integradas” porque no forma parte de la cultura predominante; ello no significa que las constructoras y las consultoras técnicas, que gozan de una envidiable “background” internacional, no saben que es posible gestionar proyectos de infraestructuras bajo los nuevos postulados.

Fomento demanda un cambio al sector

Cuando Fomento dice que el desarrollo sin precedentes en la red de infraestructuras, “ha ido acompañado de un aumento significado del coste medio del kilómetro de autovía, de línea ferroviaria y del coste medio por superficie de edificio terminal y longitud de pista de vuelo” y dicta la “Orden de Eficiencia”, está demandando del sector, y a sus propios cuadros, con razón o no, una forma distinta de planificar y de adjudicar las obras.

Se extiende en Fomento la sombra de un juicio tácito difícil de valorar: ¿hemos sido o no eficientes y competitivos en el gasto? . Todo indica que el examen, quedará pospuesto a la acción del tiempo, pero algo es cierto: urge ahora adaptarse rápidamente a lo que hay: menos infraestructuras con un modelo de negocio un poco distinto, con rentabilidades más bajas, y una obligación de ser más creativos.

¿Cambio o “maquillage”?

Arriesgo a pensar que el escepticismo y no el cambio es el que podría reinará esta nueva etapa. El punto de reflexión es el grado de cambio en nuestra cultura predominante en la forma de hacer las cosas. Sea de mucho o poco calado, no habrá cambio si no hay un fuerte liderazgo de Fomento, acompañado con fuerte acuerdo multisectorial. De lo contrario, no estaremos ante un proceso de cambio, sino ante un proceso de “maquillage” que significará hacer siempre lo mismo, y lo que es peor en un marco de inversiones conflictivo y empobrecido; y creo que habremos perdido la oportunidad de sentar las bases de un nuevo modelo de gestión, muy similar al de otros países donde las constructoras y consultores españoles se desenvuelven con una mentalidad muy similar al que demanda el Ministro Blanco.

Colaboración Público Privada CPP, o la concesión de toda la vida

Fomento manifiesta que la forma de acometer las próximas inversiones será via contratos de colaboración público privada. Sin embargo, una CPP no soporta la actual cultura del modificado ni del precio contradictorio. En este sentido, AEDIP viene advirtiendo desde hace tiempo que de no mediar un cambio profundo en este sentido, hay un alto riesgo de fracasar estrepitosamente como ocurrió en el pasado cuando Eurostat de la Unión Europea, le ordenó a España consolidar “deuda” de obras que había calificado como una CPP. El interés de la ganancia inmediata en fase de obra podría conducirnos a este fracaso.

Según Eurostat, hay riesgo de construcción cuando se producen “retrasos en la construcción, el no cumplimiento de los estándares especificados, sobrecostes, deficiencias técnicas y los factores externos de efecto negativo”, entre otros. Estos rasgos predominantes y fuertes en nuestra cultura concesional es el talón de Aquiles del cambio: ¿es posible limitar las bajas?; ¿es posible aumentar la concertación de precios en fase de estudios y de proyectos?

Hemos de hacer una autocrítica: nosotros mismos no creemos que sea posible cambiar esta cultura. La consultoría técnica, fundamentalmente centrada en las ingenierías de obra civil, cree que no es posible usar “direcciones integradas” en la gestión de las infraestructuras. Mientras las mismas consultoras han librado una batalla decisiva en la implantación de project management en obras de edificación y urbanización, entienden que las “direcciones integradas” jamás se podrán implantar en infraestructuras.

Las UASPOS catalanas. Una versión un poco distinta de la dirección de obra clásica

En parte, nuestros colegas de obra civil tienen razón: la organización de una obra pública de edificación es muy distinta a la de una obra de infraestructuras.

Una experiencia reciente puede ser aleccionadora. En los derechos de superficie (CPP) que ha licitado la empresa pública GISA Gestión de Infraestructures, la Generalitat Catalana debió lidiar con objetivos muy similares a lo que se enfrenta hoy en día Fomento.

UASPO (Unitat d’Avaluació i Supervisió de Projecte i Obra) es una asistencia técnica que se divide en dos fases. La fase 1 cubre la supervisión del proyecto de construcción; y la fase 2, la supervisión de la fase de ejecución de las obras proyectadas. Ambas fases son prestadas por la misma empresa.

En rasgos muy generales, en la fase 1, la “Dirección Integrada” es el encargada de advertir las discrepancias con las tolerancias, métodos y demás prescripciones exigidas en el Pliego de Prescripciones Técnicas, la Oferta del adjudicatario de la redacción del Proyecto Constructivo y el Manual de Aseguramiento de la Calidad del mismo, para la correcta redacción del Proyecto.

La “Dirección Integrada” debe informar a GISA sobre la necesidad de cambiar los medios o el programa, para cumplir con los objetivos del Contrato. Igualmente debe informar sobre si los plazos contractuales son compatibles con los objetivos de calidad a alcanzar; y cualquier otro aspecto que el Consultor considere relevante sobre las soluciones que se adopten, y su incidencia en la ejecución de la obra objeto del Proyecto. La supervisión sirve como base para el proceso de aprobación definitiva del Proyecto de Construcción por parte de GISA.

La “Dirección Integrada” debe detectar anomalías tales como:

– Las tareas encargadas no se realizan con el personal y los medios ofrecidos, o con otros alternativos aceptados previamente por GISA.

– Los contenidos de las tareas encargadas no alcanzan una calidad técnica exigible en trabajos de esta naturaleza.

– El incumplimiento de cualquier plazo parcial o total de los indicados en el Programa de Trabajos vigente y aprobado por GISA.

– El incumplimiento por el adjudicatario de cualquier apartado del pliego.

GISA, en dichos casos y previo aviso, se atribuye la facultad de efectuar por sí misma o mediante terceros, la redacción o repetición de las partes del encargo afectadas por dichas anomalías, descontando los importes correspondientes a estas actuaciones, de la cantidad a abonar al adjudicatario por la redacción del encargo íntegro.

En la fase 2, “se podría decir que el papel de la UASPO consiste en conocer detalladamente cómo se programa la obra, como se lleva a cabo y como queda construida, ayudando a la Dirección de Obra y al Contratista para que haga las obras tal como están definidas e intentar evitar todo lo que pueda conducir a no hacerlo, manteniendo GISA informada para que pueda seguir las obras fácilmente y, en caso de dificultades, si fuera caso y lo estimara conveniente, pudiera adoptar las medidas que considerara oportunas”.

“Con una frecuencia mensual, la UASPO entregará a GISA la valoración mensual de la obra ejecutada para establecer la información de seguimiento económico de la obra, que estará formulada de acuerdo con la normalización que GISA tenga establecida, y en ella se harán constar las mediciones correctamente de cada unidad de obra que la UASPO estime realizadas con las aclaraciones que correspondan en aquellas actividades que lo necesiten”.

La UASPO se encarga de elaborar una propuesta de retenciones a practicar en caso de incumplimiento del programa de trabajos, aplicando procedimientos transparentes de participación de la Dirección de Obra y el Contratista.

Como dice el dicho, para muestra basta un botón, y aunque el tema promete ulteriores tratamientos en este y otros foros, creo que es nuestro deber seguir ahondando y predicando las “Direcciones Integradas”, para que nuestro gobierno conozca que aquello que necesita es aplicar técnicas de project management a infraestructuras.

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