Jordi Seguró.

Presidente de AEDIP

Es comparable una consultora que da servicios de project management con un project manager freelance? Una respuesta espontánea nos sugiere un “no” rotundo. Pero parece que algunos promotores no lo tienen tan claro. Desde un tiempo a esta parte venimos observando algunos síntomas de deformación en la contratación de servicios que podría estar obedeciendo a varias causas: desconocimiento del concepto de equipo de Dirección Integrada de Proyecto (en adelante “equipo de la DIP”); restricción presupuestaria de nuestros clientes que no pueden pagar un equipo y piensan que la solución es un profesional individual; una idea muy básica o primaria acerca de la gestión de un proyecto; etcétera. Creo que hay un estado de desinformación que, en mi calidad de presidente de AEDIP, me propongo abordar en estas notas. He dicho “venimos” porque es una preocupación común en nuestro tejido empresarial.

Desconocimiento del concepto de equipo

En mis más de treinta años de experiencia, con cada nuevo cliente, casi siempre he tenido que explicar de forma detallada el funcionamiento del equipo de project management, y el rol que cumple el project manager en la dirección de este equipo. Por lo general, el cliente no conoce que tendrá a su servicio a un equipo de trabajo multidisciplinar, más grande o más pequeño, pero equipo al fin.

Nos referimos a un cliente “no profesional”, porque cuando el cliente es un “experto” en operaciones de promoción o desarrollos inmobiliarios, conoce el valor que le aporta el uso de herramientas y procesos de “dirección integrada”, sea porque el interlocutor es un project manager; o bien porque es un profesional técnico o con conocimientos técnicos suficientes y tiene en su haber experiencias concretas de gestión de proyectos con project managers. Por lo tanto, él sabe que contratará a un equipo de gestión.

Nuestra labor de docencia comienza cuando nuestro potencial cliente es una empresa o una persona que se acerca al project management de forma intuitiva. Él cree fervientemente que es posible gestionar costes, plazos y calidades sin sorpresas, y que puede generar valor de forma automática, pero no conoce los procesos y herramientas de esta disciplina. Afortunadamente, gozamos actualmente de un creciente estado de información acerca del ámbito de actuación de un project manager, se conocen buenas prácticas y tenemos numerosos ejemplos dentro y fuera de España. Sin embargo, es muy habitual que él no sepa que contratará a un equipo ni las ventajas asociadas a este hecho.

Nuestro Libro Blanco de la DIP en Construcción tiene numerosas referencias al concepto de “equipo”. Previamente se encarga de diferencias primero entre “disciplina” y “venta de la tecnología de dirección”.

“Las técnicas de la DIP las pueden utilizar todas las entidades que se dediquen a desarrollar proyectos y que pretendan hacerlo con éxito, optimizando los recursos involucrados y alcanzando los objetivos trazados, es decir se aplica la DIP en beneficio propio. En este sentido la DIP la pueden aplicar por lo tanto, contratistas, empresas de ingeniería, estudios de arquitectura y cualquier organización cuya actividad sea proyecto”.

“Otro enfoque diferente es la venta de la tecnología de dirección, cuando una empresa que posee un equipo de profesionales formados en las técnicas de DIP, dispone de una base metodológica de project management conformada, y ofrece en su cartera de negocios los servicios profesionales de DIP”.

En otras palabras, una empresa de Dirección Integrada de Proyectos, antes de ofrecer sus servicios al mercado, debe haber superado el proceso de interiorización de esa filosofía y sus prácticas en su organización, y eso es un proceso de formación y mejora continuada que no se improvisa ni sucede por generación espontánea. El proceso está promovido por la propia empresa, que es quién asume una actitud de liderazgo e impulsa esta cultura en beneficio propio y de sus empleados. Las empresas que ofrecemos “equipos de DIP” creemos fervientemente en esta forma de gestionar los proyectos, y nuestro staff debe estar constituido por project managers profesionales, porque ésta es la esencia del servicio de externalización.

El servicio y el equipo no se pueden divorciar

Siguiendo con referencias al Libro Blanco, el concepto de contrato de servicios de Dirección Integrada de Proyectos: “Es un contrato de servicios profesionales en el que un equipo actuando en representación de la propiedad, se ocupa de la coordinación técnica, económica, administrativa, financiera y de relaciones, que se requiere entre todos los participantes de un Proyecto desde su origen hasta su puesta en explotación”.

Para los contratos de servicios profesionales independientemente del volumen de inversión o tipo de contrato de construcción, el precio se estima a través de horas / persona en función del equipo involucrado (tipo de trabajo que desarrollarán, experiencia, calificación) y la dedicación prevista al proyecto. Estos servicios se contrastan con los resultados obtenidos en el desempeño del alcance acordado.

El factor humano de la Dirección Integrada de Proyectos

El equipo de DIP debe tener conocimientos de cinco aspectos esenciales, sin llegar a ser expertos en cada uno de ellos:

  • Base teórico-práctica de la DIP y sus técnicas de gestión.
  • Conocimientos de la técnica y normativa de los proyectos que dirigen.
  • Comprensión del entorno del proyecto.
  • Conocimientos y habilidades en técnicas de dirección.
  • Habilidades interpersonales.

Las empresas DIP invierten e innovan constantemente en políticas de recursos humanos que inciden en los siguientes objetivos:

  • Profundizar en la selección del personal para los equipos de DIP, en búsqueda de los perfiles personales adecuados y no sólo de perfiles técnicos.
  • Desarrollar una óptima gestión del talento de las personas de la empresa.
  • Constante búsqueda de sistemas de fidelización de los talentos.
  • Valorar especialmente los componentes personales del perfil de los miembros de los equipos de DIP.
  • Introducir elementos innovadores en la formación interna de los equipos que maximicen los aspectos personales.
  • Potenciar la formación de líderes en la empresa.

La composición del equipo de DIP depende de la complejidad o singularidad del proyecto, el volumen de la obra y por supuesto del alcance del servicio. Aunque no existe una terminología específica para cada puesto, sí suele haber mayor coincidencia al agrupar las funciones a desarrollar, usualmente se consideran áreas de:

  • Coordinación del diseño
  • Monitorización en fase de obra
  • Programación
  • Costes
  • Compras y Contratación
  • Administración
  • Riesgos
  • Especialistas técnicos
  • Generación de valor

En función de las particularidades del proyecto en estas áreas pueden integrase una o más personas. En el caso de proyectos muy pequeños, se considera más eficaz contar con un departamento de servicios técnicos centrales que de apoyo puntual en las áreas que se requiera.

Valor que tiene una empresa y no un profesional freelance

Finalmente, deseo terminar estas reflexiones resaltando los bienes tangibles e intangibles que tiene una empresa, que no tiene un profesional freelance.

La empresa es ante todo una realidad socioeconómica; un organismo complejo productor de riqueza para la sociedad, de salarios para los trabajadores, de beneficios para los empresarios e inversores, y de bienes y servicios para los consumidores y usuarios, resultado de la organización por el empresario de los factores productivos, capital y trabajo, y en nuestro caso, una cuna de talento y de responsabilidad.

En una empresa de Project Management es vital para su subsistencia la inversión continua en formación y promoción de los Project Managers, que redunda en una mayor cultura para la sociedad; y en importantes inversiones en tecnologías de la información, porque el aumento de la calidad de la gestión tiene una relación directa con el acompañamiento que debemos hacer los empresarios de los avances tecnológicos. Estamos hablando de inversión pura y dura, que debe ser protegida sobre todo en tiempo de crisis.

En la situación económica dura que estamos atravesando, hay la tentación del recorte a destajo de los costes de intervención. A priori puede parecer ser ventajoso comprar más barato, (nuestro síndrome de “rebajas” o “chollos a buen precio”); pero ya sabemos que lo más barato puede resultar caro, sobre todo cuando compramos una cosa distinta de la que creemos estar comprando.

Nuestro tejido empresarial sufre, pero más se ve desmerecida y minusvalorizada cuando algunos promotores, que son otros empresarios, creen adoptar decisiones responsables para sus negocios contratando profesionales aislados – en el argot conocido como “de mesa camilla”-, con sus medios personales, generalmente escasos y no siempre experimentados, en vez de equipos de dirección, respaldados por una organización solvente, que ha hecho muchos esfuerzos para dar a la sociedad servicios completos y de vanguardia.

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